viernes, 24 de octubre de 2014

La desocupación en la juventud y una ayuda que deslumbra

Esta problemática afecta a muchos jóvenes en la Argentina generando grandes consecuencias, sin embargo existen organizaciones que sorprenden por su ayuda.

El trabajo es el organizador de la vida de los hombres ya que es el que moldea la agenda, ubica la recreación, los tiempos de ocio, los momentos de descanso para reponerse y seguir trabajando, explica la socióloga, Mónica Markwald, en su artículo “la vida cuando falta trabajo”.

Además, esta actividad es la que completa y complementa los procesos de socialización aportados por la familia y la escuela. Ayuda a  estructurar vínculos con otros donde se juega tanto a la competencia como la solidaridad, las relaciones de poder, las situaciones de gratificación y de frustración.

Es por ello que cuando ese organizador no está, la vida se desmorona, no encuentra anclaje y entonces el hombre no sabe qué hacer. La pérdida del empleo, la inestabilidad laboral, y la devaluación de las capacidades adquiridas en trabajos con malas condiciones, tienen efectos desestructurantes en la vida y atentan contra la construcción de un futuro propio.


Los jóvenes el principal sector afectado 


El trabajo ayuda a construir una identidad cultural, es por eso que los jóvenes son los principales afectados a la hora de conseguir trabajo. En Argentina existen 2,5 millones de jóvenes  entre los 18 y 24 años que tiene problemas de inserción social.

 Dentro de este grupo, 745.000 tienen dificultades para delinear un proyecto de vida, mientras que los desocupados alcanzan los 516.000 y por último los ocupados, pero en empleos de malas condiciones y sin derechos son alrededor de 1.3 millones. Estos datos surgen de un estudio del Ireal, de la Fundación Mediterránea, basado en los análisis de datos que revela la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. Que indica que en el año 2012 la desocupación en los jóvenes resultó de un 19,6 %.

 Se estima que dentro de las causas por las cuales hay desocupación en los jóvenes es por el abandono escolar que concluye en deserción y reduce las oportunidades laborales. Según datos revelados por Unicef sólo el 48% de los jóvenes argentinos logra terminar la secundaria.

 La Desocupación en los jóvenes como problemática tiene grandes consecuencias. Por un lado, están aquellas consecuencias directas como las económicas; la pobreza, la subocupación, u las sociales; como la delincuencia, la violencia, el incremento de la marginalidad. Por otra parte, existen otras consecuencias que son menos mencionadas como los efectos psicológicos que tiene la desocupación en los jóvenes, en especial, en la autoestima.



Los efectos psicológicos de la desocupación en los jóvenes 


Según una entrevista realizada al Licenciado en Psicología Gabriel Massaro, “los jóvenes no están, en su promedio, involucrados directamente con las obligaciones formales del trabajo de la misma manera que los adultos. Muchas veces no empatizan las demandas de estos sino que se revelan a la idea de obligación”. Además aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan, denominados “NI-NI”, esconden detrás de su condición sentimientos de frustración o miedos que pueden desembocar en la inacción a la búsqueda laboral, como una respuesta cómoda. 

 Por otra parte, Massaro menciona que la familia, en muchos casos es una de las fuentes de presión que en vez de ayudar perjudican la habilitación al riesgo. De ahí que muchas veces los jóvenes desocupados son más dependientes de los padres y están más atados a la comodidad del hogar y a la tolerancia del no esfuerzo. Es por ello que para los jóvenes el trabajo es importante porque les ayuda a construir una identidad propia. Les provee autonomía funcional y les da crédito para ser independientes.

 Reciduca una fundación que construye identidades

 

Frente a las problemáticas y consecuencias que genera la desocupación actual en los jóvenes existen organizaciones que se anticipan a este tipo de problemas y ayudan a los jóvenes que están en sus últimos años de secundaria a realizarse un buen futuro y proveerse de empleo.

 Una de las organizaciones que se dedica a esta actividad es la Fundación Reciduca, que tiene como misión acompañar a los jóvenes en riesgo de deserción escolar para que finalicen sus estudios secundarios, mejoren su empleabilidad y promuevan el cuidado ambiental


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Reciduca cuenta con un programa llamado Formación en Competencias Laborales en el cual acompañan a los jóvenes en riesgo de deserción escolar durante los dos últimos años del secundario para que puedan finalizar sus estudios.

 Durante ese período reciben capacitaciones y realizan prácticas educativas orientadas a transmitirles herramientas que les sirven para mejorar sus oportunidades. Además de poder desarrollar un sistema de aprendizaje en el cual los jóvenes puedan adquirir competencias laborales.

 Es así que la Fundación ayuda a desarrollar, la capacidad de aprender, de trabajar en equipo, la responsabilidad, la comunicación, el compromiso, la puntualidad y la autonomía. Previa a la finalización de la secundaria cada joven recibe 80 horas de capacitación y 200 horas de práctica educativa.

 A parte de esto, Reciduca brinda a los jóvenes un Servicio de primer Empleo que funciona después de que los jóvenes terminan el programa de formación en competencias laborales. En este servicio la institución realiza una selección de Recursos Humanos en el cual las empresas que necesitan jóvenes para puestos iniciales puedan recurrir a la base de datos de los jóvenes capacitados por Reciduca.


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