sábado, 7 de noviembre de 2015

Violencia de género: La luz al final del túnel


Muchas son las instituciones que trabajan para mejorar y salvar la vida de miles de personas que sufren esta problemática.

En los últimos años los constantes casos de maltratos, abusos y femicidios, conjuntamente con la larga lucha de distintas instituciones y personas ponen al flagelo de la violencia de género en el centro del debate social. 

Según datos oficiales del Registro Único de Casos de Violencia contra la Mujer (RUCVM), ente encargado del relevamiento de información sobre la violencia de género, desde mediados del 2013 se registraron 50.703 casos de violencia, lo que indica que aproximadamente 55 mujeres por día denuncian ser víctima de violencia.

Un lugar de empoderamiento

Con la intención de descubrir qué existe más allá de la punta de este iceberg, me dirigí hacia una institución referente en la problemática de la violencia de género. Estoy hablando de la Casa de la Mujer “Misericordia”. Dicho organismo se enmarca dentro de la Fundación “Espacio de la Mujer”, la cual cuenta también con otra ONG del mismo estilo. 


La Casa de la Mujer “Misericordia” surge en el año 1998, en el partido bonaerense de Moreno, y desde hace siete años funciona en la calle Piovano 3348 en la zona céntrica del distrito. Su objetivo principal es el de promover y consolidar espacios de desarrollo personal, cultural y social para las mujeres, esencialmente aquellas en situación de vulnerabilidad. En relación al tema, Delia Navarro, una de las recepcionistas de la casa aclara:
 “El trabajo nuestro es el empoderamiento (…) Tiene que ver con poder acompañar a la mujer en todo ese recorrido, desde la mirada amorosa y misericordiosa”.
La ONG está coordinada por la Hermana Marta Barris y la Lic. Silvia Sacks. Tuve la oportunidad de hablar con ellas para que me cuenten un poco acerca de la institución y de la violencia de género.



Como bien se explica en el audio, la institución ofrece a las mujeres un espacio de desarrollo y de ayuda. En consecuencia, se realiza un trabajo planificado e integral que tiene en cuenta lo que cada mujer necesita. Por tal motivo, la ONG ofrece diversas actividades que van desde la terapia individual y grupal, pasando por asesoramiento legal, talleres de todo tipo, hasta cursos de capacitación. Esto lo logran gracias a donaciones, como así también gracias a la contribución de las chicas que asisten.

De este modo buscan sacar a las mujeres del efecto anestésico que provoca la violencia. Porque como explica la licenciada: 
“La persona que ha vivido en violencia siente que nada de lo que hace vale. Porque el violento lo que hace es humillarla, descalificarla. Por eso la violencia también es psicológica, económica y sexual”.

Hay que decir que dicha ONG trabaja conjuntamente con otras instituciones particulares y organismos dependientes del municipio de Moreno. Esencialmente, su relación con este último es cordial. Así lo expresa la Hermana Marta: 
“Hacemos algunas cosas juntos y otras no. Porque no queremos ser identificadas con ningún partido político”.  
Asimismo, al consultarle su opinión sobre el desarrollo de la violencia de género en el partido, la coordinadora de la institución expone:
 “Se ha avanzado (…) Cuando nosotras comenzamos en general no se hablaba de la violencia. Pero todavía falta mucho por hacer”.
Una relación de poder desigual.


Al consultarle sobre cómo definiría la violencia de género, la Lic. Silvia Sacks fue contundente:
 “Es un relación asimétrica, donde hay una situación de poder sobre un otro más vulnerable”. 
Al respecto Marta Barris agrega: “Es la cultura patriarcal, la mujer siempre debajo del hombre”. Además la Hermana argumenta el por qué de la violencia de género: “El crecimiento de la mujer, el ocupar un rol diferente en la sociedad desestabiliza al varón”. Sumado a esto la licenciada plantea:
 “Como vivimos en una sociedad machista, la Justicia no está a la altura de la circunstancia (...) Hay poca capacitación de los que están ejecutando o planificando políticas sociales”.

En sintonía con lo dicho es fundamental mencionar que la violencia de género no discrimina. Es una problemática que afecta a todas las mujeres por igual. Por consiguiente es un flagelo social, el cual muchas veces es incentivado por los medios de comunicación y la publicidad incentivan. Por eso resulta esencial tener contención, dado que los violentos trabajan sobre la debilidad. Así lo explica Silvia Sacks: 
“Es en situaciones de crisis donde aparece un manipulador y un psicópata (…) Estos tiene personalidades complejas, para el mundo exterior son personas de las cuales nadie sospecha, pero en el interior son abusadores de su familia”. 


Con la intención de arrojar un rayo de luz al flagelo de la violencia de género, la psicóloga social expresa: 
“Cuando las mujeres se ponen de pie: luchan y buscan ayuda”. 
“Tuve que luchar sola”

A partir de lo comentado por la Lic. Silvia Sacks: “Que mejor que la que vivió una situación de violencia sabe por lo que pasa esa persona”, decidí conversar con una de las recepcionistas de la Casa de la Mujer “Misericordia”, su nombre es Teresa Castelli, aunque allí todos la conocen como “Teresita”. En el siguiente audio nos cuenta cómo conoció a la institución y en qué la ayudó.



Por suerte hoy en día la violencia de género adquirió mayor trascendencia, lo que permitió a miles de mujeres denunciar su situación. No obstante, en los años en que Teresita padeció la violencia, el contexto era otro.



Al igual que una enfermedad la violencia de género es contagiosa. Porque cuando uno nace y se cría en un contexto violento existen mayores posibilidades de ser, en el futuro, una persona violenta. Además es importante reconocer los síntomas a tiempo. Por tal motivo, si alguien sufre algún episodio de violencia de género instantáneamente deber buscar ayuda. Así lo advierte Teresa Castelli en el próximo audio.



Como se refleja en la nota hubo una evolución sobre la violencia de género en nuestro país. La visibilización de este flagelo lo puso entre los tópicos centrales de la sociedad. Sin embargo queda mucho camino por recorrer. Es necesario profundizar las acciones en relación a la problemática de la violencia de género, para que entre los diversos actores sociales se puedan construir más espacios de concientización y ayuda.



Pero no cabe duda que el principal desafío radica en producir un significativo cambio cultural que permita revertir el paradigma machista y patriarcal que gobierna nuestra sociedad, sin caer tampoco en un feminismo extremista.    

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